Para plantar un limonero hay que hacer que nuestras
semillas germinen; para ello lo primero es que conservemos las semillas
maduras de los limones que utilicemos.
Es preciso que estén enteras y
sin la sustancia gelosa que las cubre, así que debemos enjuagarlas
primero bajo un chorro de agua. Esto impedirá que le salgan hongos y
maten las plantas.
Las semillas se escurren un poco y se colocan en macetas
o botes con tierra abonada y nueva. La tierra debe de estar húmeda pero
no empapada, pues esto podría pudrir nuestras semillas, y la maceta
debe tener un nivel de tierra centímetro y medio o dos centímetros por
debajo de la orilla.
Clavaremos las semillas de limón
una a una en la tierra a una profundidad de centímetro y medio. Algo muy
importante es que sembremos nuestras semillas recién recolectadas pues
de lo contrario no geminarán.
Hay que cubrirlas con piedritas o turba pequeña, y
con papel filme o una bolsa plástica y las dejamos en un lugar tibio. Lo
importante es que nuestras semillas tengan la temperatura ideal para
germinar.
Sabremos que empiezan a germinar cuando de entre las piedritas o
la turba salgan pequeños brotes verdes. Este será el momento de
quitarles el plástico y cambiarlas a un lugar donde les de mucha luz, ya
que los limoneros son plantas que requieren mucha luz. No debemos
olvidar que la tierra debe mantenerse húmeda, lo mejor es regarlas un
poco cuando la tierra comience a secarse.
Lo mejor es que dejemos los brotes por dos meses en las macetas
antes de trasplantarlos, en esta etapa son muy delicados y necesitan
tiempo, agua y nutrientes para crecer. Cuando los brotes tengan dos
meses o la fuerza suficiente para resistir un traslado a otra maceta
podemos cambiarlos a una maceta más grande antes de pasarlos al jardín.
Fuente: www.imujer.com
Lo intentaré, siempre quise tener un limonero.
ResponderEliminarSaludos