El rambután, o nephelium lappaceum, es un una
pequeña fruta de la familia de las Sapindaceas originaria de Malasia.
Su
principal característica es su aspecto piloso, ya que su cáscara
aparece cubierta de espinas que adquieren un tono rojizo cuando el fruto
está maduro.
La parte comestible se encuentra en el interior,
presentando una forma oval y un color blancuzco ligeramente traslúcido.
La semilla que se encuentra tras la pulpa no es comestible.
Se cultiva en India, Tailandia, Indonesia, Costa Rica, Ecuador, Madagascar y Australia, y adopta distintos nombres como rampostán, achotillo, rambustin y mamón chino. Su nombre tiene origen en su extraño aspecto que lo diferencia y hace que destaque entre otros frutos, pues procede de rambut, vocablo malayo que significa pelo.
El rambután, fruto de un árbol de tamaño medio de hoja perenne, se
agrupa en racimos de alrededor de diez frutos. El agua está presente en
un porcentaje muy alto en su composición, en la que también encontramos
hierro, niacina, tiamina, calcio y ácido ascórbico entre otros
elementos. Es bajo en sodio y rico en vitamina C, ácido fólico, potasio y fibra. Es una fruta muy calórica, por su alto contenido en hidratos de carbono.
Fuente: www.directoalpaladar.com
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