Se trata de un cactus que florece espectacularmente durante el invierno. Hay diferentes colores de flor según la variedad.
Es originario de zonas tropicales de Brasil.
La mayoría de las cactáceas provienen de lugares secos, pero estos cactus prosperan en las selvas húmedas, anclados sobre los propios árboles (plantas epifitas).
Viven a la sombra, gustan de humedad y, al contrario también que los cactus del desierto, no tienen que guardar un periodo de reposo en invierno.
Luz: El Cactus de Navidad puede florecer año tras año sin recibir nada de sol directo, pero es más que conveniente que disfrute de una buena iluminación esté donde esté puesto.
En la terraza puede darle un poco el sol, pero no excesivo. Aguanta el sol débil del invierno pero no el del verano.
En verano, es bueno sacarlo fuera, a la sombra. No es obligatorio esto de sacarlo, porque tolera estar en el interior de la casa todo el año.
Temperatura: Si lo tienes en una terraza, cuidado con las heladas; méte dentro con riesgo.
Humedad: Agradece la pulverización con agua, el aire húmedo. En los días más calurosos puedes rociar el follaje.
Riego: Es un cactus tropical y se riega más que los cactus "normales". Sin embargo, cuidado con el posible exceso que se acumule en la maceta.
Cuando se acerque el invierno, cuelga la planta en una habitación fresca y con luz y no la lleves al calor hasta que aparezcan los brotes de las flores. Practica un riego somero incluso durante la floración.
Regar más o menos dependerá de varias cosas, por ejemplo, el tipo de sustrato, si lo tienes en el exterior, si la maceta es más o menos grande y si recibe sol o no.
Si se le ponen las puntas lacias, lo más probable es que sea por exceso de riego, en lugar de falta de agua como piensa mucha gente.
Como riegues más será peor, aparecerá podredumbre en la base y deberás sanear la planta cortando todo lo afectado. Luego puede rebrotar.
Como mínimo 1 riego por semana y como media, 2 riegos semanales. A poder ser, con agua no calcárea.
Abono: Aplica de forma regular un fertilizante rico en fósforo y potasio para favorecer la floración.
Si lo ves un poco decaído, haz un riego con abono añadiendo también un poco de quelatos de hierro (un abono especial rico en hierro); cogerá vigor.
Cambio de maceta: Debido a su lento crecimiento, no es necesario un cambio de maceta anual, sólo cuando se haga grande. Hazlo en primavera. Usa un sustrato muy poroso para que drene bien y que las raíces estén aireadas.
Plagas y enfermedades: Evita los encharcamientos que producen hongos y pudrición de la base de los tallos. Si la planta estuviera muy afectada, elimina las partes dañadas y trasplanta el resto como si fueran esquejes.
Cuando estén los brotes en crecimiento, no gires la planta, crece hacia la luz y se caen si de repente tienen que desarrollarse en una dirección diferente.
Si las flores caen sin llegar a abrirse puede ser por corrientes de aire o por falta de agua. Sitúala alejada de las corrientes o no dejes que el compost se seque entre riegos.
Pérdida de color en los tallos: falta de luz. Busca un lugar luminoso para su ubicación.
Le suele atacar en verano, con el calor, la cochinilla algodonosa. Mira de vez en cuando a ver si tiene. Se eliminan limpiando los tallos con un algodón empapado en alcohol metílico.
Pulgones
Si su número no es elevado, elimínalos pulverizando con agua jabonosa y aclarando después la superficie.
Multiplicación: Para obtener nuevas plantas, corta segmentos de tallo, deja secar la zona del corte 24 horas y clávalos en posición vertical en un sustrato ligeramente húmedo. La época ideal es mayo-junio, pero también se puede hacer durante todo el verano.
Fuente: infojardin.com
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